También están los medios de comunicación que se han convertido en un agente social imprescindible en nuestros días. Pero, ¿hasta dónde llega su poder?.
En la actualidad nos vemos sometidos a un bombardeo de informaciones por los medios de comunicación. En las últimas décadas se ha incrementado notablemente su poder de influencia debido a la facilidad con que llegan a la población. No todos lo hacen con la misma fuerza. La televisión ostenta el máximo poder.
Como afirma el dicho, “una imagen vale más que mil palabras”. Y de esto se aprovechan los publicistas y los informadores, ya sea para vender un producto o para ofrecer su versión de la realidad, y aquí sucede el problema ya que la mayoría de las veces los medios de comunicación muestran una realidad utópica, difícil de conseguir: unos de los casos son las mujeres flacas, esbeltas, altas que utilizan todo tipo de productos e incluso operaciones para ser “perfectas”, y como la mayoría de la audiencia se cree todo lo que ve, lee o escucha se pueden llegar a consecuencias desastrosa.
En el libro Abzurdah se da cuenta de cómo esta realidad utópica entra en las mentes de las personas: “Nunca lo que yo quiero se hace realidad, nunca. Porque mi imaginación siempre es más grandiosa y más potente y mucho más placentera que la realidad. Ojalá fuera autista, ojalá viviese adentro de mi mente. Quisiera dormir para siempre.”
Aunque los medios no son la única fuente de conocimiento del mundo que nos rodea. El entorno, la educación, la familia, los amigos, el trabajo, los grupos... todo influye a la hora de posicionarse en una determinada visión del mundo.
Los medios de comunicación social son una institución característica de la sociedad de clases, de acuerdo a estos enfoques, la visión del mundo que estos transmitirán, será acorde a los intereses y a la ideología de la clase dominante, que con respecto al ejemplo de las mujeres solo los que posean un alto poder adquisitivo podrán obtener lo necesario para tener ese cuerpo sin “atentar”, de alguna manera, contra él, mientras que los que no posean ese poder adquisitivo intentarán obtener el mismo cuerpo sin importar las consecuencias, por ejemplo a través de la bulimia y la anorexia. Aunque obviamente no estoy hablando de todas las personas, es solo una visión generalizada. Ya que otra gran mayoría de la audiencia no ha perdido su poder critico y saben que finalidad posee un mensaje y aquí entra en juego su capacidad para diferenciar lo saludable de lo malo.
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